Permitir que nuestros estudiantes aprendan de una manera activa es clave para nosotros. Explorar, aprender, practicar y aplicar son pasos importantes del proceso, los centros nos permiten tener horas de clases eficientes y dinámicas. Nuestros docentes se han convertido en grandes creadores de actividades que permiten un trabajo diferenciado por centros para desarrollar y potenciar diferentes habilidades en nuestros estudiantes.
Esta estrategia de aprendizaje ha probado ser maravillosa para nuestros estudiantes y docentes. La versatilidad de actividades y habilidades que se pueden trabajar, hacen que las clases sean efectivas y entretenidas. Dividir al grupo en centros permite tener espacios personalizados de aprendizaje. Los estudiantes cambian de centro para garantizar que estén expuestos a todas las prácticas y así enriquecer su experiencia. Aprender a valorar el aporte de un compañero y analizar juntos una solución en un centro colaborativo, les da herramientas socioemocionales que son muy importantes de fomentar y trabajar dentro del aula.
Los centros que son con guía del profesor tienen un espacio mucho más cercano, donde la evaluación, explicación, acompañamiento son lo que el estudiante necesita. Cuando los centros son completamente autónomos, el docente puede observar, evaluar y modificar su enfoque dependiendo de lo que ve y escucha, mientras los alumnos trabajan en su independencia y responsabilidad. Ellos saben las expectativas del centro y son ellos los encargados de medir su progreso a medida que avanzan en el reto propuesto, En definitiva, los centros son un aporte muy positivo para la experiencia y desarrollo de competencias de nuestros estudiantes.